El viernes, disfrutamos de una mañana soleada, por lo que aprovechamos para salir al huerto con Cristina y plantar donaciones que nos trajo una familia de la escuelina.
Tener esta zona de cultivo en medio de un entorno urbano como es Avilés, es todo un privilegio y una acercamiento a la naturaleza para los niños y niñas de la escuela.
Qué pena que el peque se lo perdiese, le habría encantado. A ver qué tal se da la cosecha.
ResponderEliminar¡Aún nos queda mucho huerto por plantar! seguro que le toca alguna vez.
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